En los últimos días han circulado con profusión imágenes de una espiral que puede avistarse en el este de desierto del Sahara, una construcción que por momentos recuerda los conocidos “crop cricles” que de tanto en tanto aparecen en campos de cultivo (sobre todo en Inglaterra) y que, según la creencia generalizada, son mensajes de inteligencias extraterrestres entregados de tan singular manera.
En este caso, sin embargo, aunque la formación semeja esa extraña armonía, el origen y el propósito es muy distinto. De entrada, totalmente terrestre. Se trata de una instalación que lleva el nombre de Desert Breath (“Respiración del desierto”), construida por la artista Danae Stratou y las arquitectas Alexandra Stratou y Stella Constantindies entre 1995 y 1997 en una superficie de 100 mil metros cuadrados.
De acuerdo con Stratou, la instalación estuvo inspirada en el hecho de que el desierto es “un lugar donde se experimenta el infinito”, por lo cual Desert Breath pretende ser “un estado de la mente, un paisaje para la mente”.
Sin duda el trabajo de estas tres mujeres es sorprendente, en particular por la variedad de formas en que puede ser visto y experimentado. En las imágenes que compartimos, por ejemplo, la instalación se aprecia completa porque se trata de tomas áreas, pero la perspectiva más próxima no es menos impresionante.
Por otro lado, también destaca que si bien han pasado casi veinte años desde que se culminó el proyecto, Desert Breath continúa formando parte del Sahara, circunstancia que de algún modo se añade a la intención artística en la medida en que el tiempo y los elementos naturales han contribuido en su modificación paulatina.
FUENTE: Cambio de Puebla.
