Adhesivos y morteros de alto desempeño para la protección de fachadas, integrados en un sistema de aislamiento exterior, reducen hasta casi la mitad la pérdida de calor en las viviendas. La innovación es parte de una línea de soluciones sustentables para la construcción impulsada por la firma francesa Weber-Saint Gobain.
La compañía europea con presencia en Chile –donde tiene dos plantas para manufactura de morteros, una de ellas recientemente inaugurada en el Biobío– busca de esta manera contribuir a la reducción de la huella de carbono de la construcción, una industria responsable del 40% de la emisión global de gases de efecto invernadero.
Según detalló Juan Pablo Porras, jefe de Aislación Térmica y Fachadas de Weber, las soluciones de fachadas térmicas responden a las normas del sistema EIFS (Sistema de aislación térmica exterior, en español), un protocolo internacional de aislación por capas que mejora significativamente la eficiencia energética de una casa.
“En algunos casos podría mejorar el desempeño desde una calificación E, por la actual norma chilena de aislación, hasta un B o incluso A”, afirmó el especialista. Weber-Saint Gobain es el mayor vendedor de productos del sistema EIFS en Europa, y ahora la potencian en Sudamérica y el mercado chileno.
“Una casa protegida por esta solución que cumplen la reglamentación térmica, del año 2007, pueden reducir el consumo de calefacción o aire acondicionado en un 40% con este kit de productos. El sistema EIFS ocupa un papel fundamental a la hora de optimizar el consumo energético de los edificios. El uso racional de la energía para disminuir los impactos negativos sobre el medioambiente ya es una necesidad para el futuro de la construcción y de nuestro planeta”.
Además de sus adhesivos y morteros, Weber dispone de una variada oferta de soluciones EIFS: terminaciones, maquillajes, mallas y cintas, perfiles y fijaciones y materiales aislantes. Su implementación consiste en adherir a los muros capas de adhesivo de alto desempeño físico y mecánico junto a poliestireno expandido, para posteriormente revestirlo con una pasta acrílica en colores, texturada u otro revestimiento incluso pétreos o pesados.
“Esta solución resuelve dos problemas a la vez: uno, el hidrotérmico, porque se encarga de los fenómenos de control energético y de temperatura; y dos, el aumento de la eficiencia energética de las viviendas. Además, en una construcción nueva, entrega al arquitecto la posibilidad de diseñar con versatilidad, porque tiene muchas posibilidades para poder trabajar con diferentes geometrías, infinitos colores y múltiples texturas”.
Evitar la condensación
El sistema EIFS, nacido originalmente en Alemania hace más de sesenta años, tiene como principal función envolver cualquier tipo de construcción para mejorar el confort térmico de una edificación. Las soluciones de Weber se incorporan por capas en las fachadas, evitando la pérdida de entre un cuarto y un tercio de la temperatura de una vivienda que se filtra por los muros.
Porras explicó que la reducción de gasto energético se logra gracias al principio de inercia térmica. Al trabajar desde el exterior, además, los aislantes fabricados por la firma francesa se pueden adaptar a cualquier geometría constructiva, trasladando el punto de rocío al exterior del hogar y así evitar los focos de condensación superficial o intersticial (de espacios intermedios) de las estructuras.
“Las soluciones que se aplican en el interior son menos eficientes porque solo se puede aislar entre piso y techo. Toda la protección térmica es interrumpida por los cambios de piso, que es por donde se pierde la energía y el balance térmico. Además, esos puntos son críticos para la generación de condensación superficial, donde el vapor se convierte en agua. Cuando, por ejemplo, toca el vidrio de la ventana, una superficie más fría, se provoca esta condensación, esto mismo sucede en los muros que no están aislados por el exterior”.
“Cuando aíslas por el exterior, en cambio, ese brusco cambio de temperatura no ocurre, porque el muro está a la misma temperatura de la casa. Permite tener una mayor estabilidad térmica durante todo el año, además de un gran ahorro en el consumo de energía para la climatización de los espacios. Y ese 30% o 40% de ahorro va directamente al presupuesto familiar”, añadió el especialista.
En Concepción, por ejemplo, el 56% del consumo energético residencial es absorbido por los calefactores, mientras que en el resto de Chile el 66% de los combustibles primarios depende de combustibles fósiles, no renovables y por combustión. “Nuestra apuesta es entregar soluciones constructivas que sean capaces de entregar una vivienda confortable y que gaste la menor energía posible, sin generar impactos negativos al medioambiente”, concluyó Juan Pablo Porras.