Pareciera que luego de 27 meses de la llegada del coronavirus a Chile nos hemos olvidado totalmente de él. Nos enfrentamos a una nueva ola y también nos enfrentamos a un nuevo período de vacaciones (extendido) donde históricamente hemos visto un aumento considerable de casos. Si bien hoy, gracias a las vacunas, la enfermedad por covid-19 es menos grave que en los dos primeros inviernos de pandemia, en los años previos vivimos fuertes períodos de confinamiento que disminuyeron de manera importante la circulación de otros virus estacionales. Lo que debemos saber hoy es que las co-infecciones (covid-19 y otro virus respiratorio) son posibles y generan cuadros graves que nuevamente están aumentando la ocupación de camas hospitalarias lo que podría llevarnos a un eventual colapso del sistema de salud.
Es por este motivo, que me parece relevante volver a la comunicación de riesgo, ésta se refiere al intercambio de información en tiempo real, además de recomendaciones y opiniones, entre expertos y personas que se enfrentan a una amenaza. Hoy esta amenaza sigue siendo la enfermedad causada por el virus SARS-CoV2 y sus variantes que seguirán apareciendo y que, lamentablemente, no podemos predecir su efecto.
En este sentido es muy relevante que se continúe con la búsqueda activa de casos, las cuadrillas saludables y toda estrategia de educación y reeducación de la población. El principal llamado es a mantener las medidas de autocuidado, testeo oportuno ante cualquier sospecha y principalmente a cumplir los períodos de aislamiento necesarios en caso de contagio que, desde mi punto de vista, las personas parecen haber perdido la noción de la contagiosidad del virus que finalmente ha favorecido enormemente su diseminación.
Por: Ximena Fernández, Epidemióloga, académica Universidad Central Región Coquimbo