Existe una creencia muy arraigada en nuestra población asociada a que los baños públicos y piscinas son cuna de propagación de enfermedades urinarias. Sin embargo, no existe ninguna evidencia científica de que aquello sea efectivo.
Pero, ojo, se conoce que la infección urinaria es la segunda enfermedad más frecuente en pediatría, después de las infecciones respiratorias.
Por ello, la pediatra y nefróloga de Clínica UC San Carlos de Apoquindo, doctora Anna Nardiello, desmitifica ciertos hechos y entrega una serie de recomendaciones para disfrutar de un verano intenso junto a los más pequeños de la casa.
1.- La infección urinaria se define como la presencia de bacterias en el tracto urinario, lo que produce diversos síntomas dependiendo de la edad del niño. En el recién nacido, por ejemplo, se diagnostica por tener fiebre persistente, palidez extrema e inapetencia.
2.- A medida que el niño crece puede manifestar además dolor para orinar y hacerlo muy seguido, muy poquito o quedar con la sensación de ganas constantes de orinar. Entonces, señala la especialista, es de suma importancia que los padres sepan que la única forma de diagnosticar una infección urinaria es tomando un examen de urocultivo.
3.- Dependiendo de la localización de la infección, se denomina cistitis cuando se encuentra establecida en la vejiga, cuyos síntomas se asocian más bien a dolor al orinar, miccionar seguido o muy poco, pero no da fiebre. En cambio, la pielonefritis aguda si corresponde a un compromiso bacteriano del riñón.
4.- Entre un tercio y la mitad de los menores que presentan infección del tracto urinario existe una alteración funcional, es decir, un reflujo desde la vejiga al riñón. Y en un porcentaje importante de ellos, aparece una malformación asociada.
5.- Las bacterias -producidas por nuestro propio organismo- llegan a la vejiga a partir de la uretra, conducto de salida de la orina. Esto explica que en las niñitas y mujeres la incidencia de esta enfermedad es 9 veces más frecuente que en los varones, porque ellas tienen la uretra más corta.
6.- “Por ello, toda infección urinaria con fiebre debe estudiarse con al menos una ecografía renal y vesical, y sobre todo, cuando se presenta por primera vez en la etapa de lactante y preescolar, debe hacerse un estudio más especializado para descartar el Reflujo Vesico Ureteral, que se asocia a algún grado de alteración anatómica congénita, que requiere seguimiento y tratamiento, ya que las infecciones urinarias producen daño renal, si no se controlan”, advierte la doctora Nardiello.
7.- La cistitis es bastante frecuente en la edad preescolar y escolar como consecuencia de malos hábitos urinarios: niños que se aguantan mucho para ir al baño y que esperan hasta último momento, y en general, se asocia que además tienen problemas para evacuar las deposiciones, con tendencia a la estitiquez.
8.- Además, es frecuente que en esta época de calor se tome mucho más líquido lo que implica ir más veces al baño, “pero obligar a un niño a aguantarse de orinar porque el baño no nos parece lo suficientemente limpio, puede ser más perjudicial. Esta es una conducta muy frecuente que se les inculca principalmente a las niñitas, que lleva en forma secundaria a infecciones severas e incontinencia, entre otras cosas”, puntualiza la pediatra.
9.- Consultada por las piscinas públicas, la doctora precisa que tampoco hay riesgo. Lo que sí puede suceder es que se produzca irritación de la zona genital secundaria a la humedad, con dermatitis posterior, y que la niña presente dolor al orinar por este motivo.
10.- En resumen, los 5 principios básicos asociados a las infecciones urinarias son: inculcar buenos hábitos miccionales; enseñarle a los niños lo malo que es aguantar la orina; no fomentar la fobia a los baños públicos; mantener un buen hábito intestinal y consultar precozmente ante cualquier duda.
Fuente: Victor Hugo Duran.