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Viernes, Abril 19, 2024
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¿Por qué es importante usar la mascarilla si estamos sanos?

Esta es una pregunta que hemos escuchado a menudo, quizás más de lo que quisiéramos, por ello es muy importante considerar que para que se produzca una enfermedad debe existir al menos una persona que sea susceptible, un agente que cause la enfermedad (virus o bacterias, por ejemplo) y el ambiente adecuado.

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La comunidad negacionista del COVID-19 ha cuestionado, entre otras cosas, el uso de la mascarilla por toda la población y no solo por los enfermos, argumentando principalmente que al ser personas sanas se les estaría privando de sus libertades individuales al obligarlos a utilizarlas. Claro que no están enfermas, ya que no presentan síntomas de la enfermedad (tos, secreciones, fiebre, etc., en casos leves), pero lamentablemente personas sin síntomas, es decir no enfermas, son portadoras del virus, y al desconocerlo y no usar mascarilla en sus interacciones sociales, pueden propagarlo y contagiar al resto, es decir, a aquellos sujetos susceptibles de enfermar.

Esto me recuerda una historia de principios del 1900 en Nueva York, de una portadora crónica de Salmonella typhi, que es el microorganismo que provoca la fiebre tifoidea, una infección intestinal grave y que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados con deposiciones de personas enfermas o portadoras (puede ser por un mal manejo de excretas o un inadecuado lavado de manos al preparar alimentos). Esta señora, conocida popularmente como Maria Tifoidea, no tuvo la enfermedad, pero era portadora de la bacteria, y se comprobó que en cada casa donde trabajó como cocinera las familias se contagiaron de esta patología, provocando cuadros graves que requirieron hospitalización e incluso les provocaron la muerte. Llegó a ser la causante de al menos 10 brotes de fiebre tifoidea durante los años que estuvo activa.

En el caso del COVID-19 la transmisión es aún más fácil, solo requiere una interacción cercana, ya que se propaga por las gotitas de saliva a las que todos estamos expuestos día a día, tanto en nuestras casas, como en el medio de transporte y lugares de trabajo. Cada interacción social de una persona enferma o portadora con una persona susceptible trae consigo el riesgo de provocar una infección que no sabemos será leve, grave o mortal, ya que desconocemos el grado de susceptibilidad de quien se expone.

Es por esto que se insiste en la utilización de la mascarilla, ya que no podemos saber con certeza quienes son los portadores asintomáticos, por lo que al utilizarla todos disminuimos el riesgo para las personas susceptibles, más ahora en la que la búsqueda activa de casos por medio de un test de PCR o antígeno ha disminuido en forma radical. Tenemos una gran responsabilidad social para evitar lo más que sea posible la propagación de esta enfermedad, todavía no estamos en el momento de relajar esta medida.

Por: Natalia Castillo  Académica Escuela de Técnico de Nivel Superior en Enfermería Universidad de Las Américas

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