La llegada de los métodos anticonceptivos revolucionó al mundo y se considera el mayor invento del siglo XX a favor de la libertad femenina. La posibilidad de controlar la natalidad tuvo un impacto potente en las relaciones de pareja, las familias, en el ámbito social en general, sobre la salud materna y la mortalidad infantil. En Estados Unidos, la píldora anticonceptiva se lanza en el año 1960 y en 1965 llega a Chile. A partir de ese momento, el mundo científico ha ido desarrollando otros métodos alternativos.
En un estudio reciente realizado en https://www.elanilloquetelibera.cl/, a un grupo de mujeres, se observa que el 60% de las encuestadas comenzó a utilizar anticonceptivos entre los 15 y 20 años. A su vez, el 30% de ellas no usa métodos para el control de la natalidad.
“Esta cifra no me sorprende ya que se ha demostrado que la cantidad de embarazos no deseados o no planificados en Latinoamérica y el Caribe representa un 50%, el más alto a nivel mundial. Por su parte, en Chile esa cifra se empina por sobre el 50% y alcanza un 75% en la población joven. Debemos pensar que hoy la actividad sexual comienza en un gran número de casos con la menarquia y no tiene fines reproductivos, es solo ritual, y es por esto que se debería usar un método anticonceptivo eficaz en este grupo etario. Dicho esto y reconociendo que la mayoría de los embarazos son no deseados, nos enfrentamos a un nicho con el que estamos al debe como país”, señala el ginecólogo y miembro honorario de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, Dr. Guillermo Galán.
Otro dato que entrega el estudio es que un 93% de las mujeres opta por acudir a su ginecólogo para solicitar orientación en el tema, lo que indica que la publicidad directa o los medios de comunicación no serían tan relevantes a la hora de la elección. Por este motivo, la clave está en la relación paciente/profesional. “Acá debemos dividir a la población en dos grandes grupos, uno que accede a la atención primaria donde se encuentran con una matrona o matrón, profesionales universitarios de primera línea, preparados y capacitados para orientar a las pacientes en temas de anticoncepción en todo el país. Y el otro grupo que pertenece al sistema privado, que en general busca orientación directamente con el ginecólogo o ginecóloga. Sin embargo, también nos encontramos con otro fenómeno en este nicho, donde las mujeres buscan métodos adaptándose al de sus pares, es decir el de la amiga, la mamá o de internet. Y es en este punto importante que cuando empieza la actividad sexual, la joven o mujer debe estar asesorada por un consejo médico”, enfatiza el experto.
Dentro de las preocupaciones que genera el uso de anticonceptivos, un 60% de las consultadas señala la cantidad de hormonas que ingieren, seguidos en un 39% por la falta de protección contra infecciones de transmisión sexual y la necesidad de recordar la toma dela pastilla todos los días, indicando además que este método no tiene buen control del ciclo menstrual y la eficacia puede disminuir cuando se toman con otros medicamentos.
En cuanto al anillo anticonceptivo mensual, uno de los métodos más innovadores de los últimos años, es utilizado por solo 5% de las mujeres, lo que hace deducir que este método aún no se habría afianzado en las usuarias a través de campañas de información. Por ello, las pastillas aún siguen siendo el método más utilizado, llegando a un 34% de las encuestadas.
“La pastilla es el sistema más usado en el mundo, y fue el primer método moderno que comenzó a utilizarse hace 61 años de manera generalizada, cambiando y mejorando la calidad de vida de las mujeres, y que además tiene beneficios adicionales. Sabemos que es un método seguro. Ahora, en relación al anillo mensual, España y Chile lideran en su uso. Acá hablamos de un método de anticoncepción eficaz, fácil de usar, sin que se deba recordar su administración a diario y muy aceptado por la mujer. Si la paciente recuerda cambiarlo y descansar los días específicos, el anillo es más efectivo que la píldora y hay menos abandono de uso”, comenta el especialista.
Según el doctor Galán, el uso del anillo es aceptado en cualquier rango etario y tiene un beneficio importante: el nivel de hormonas que entrega todos los días es mucho menor que la cantidad que entrega la píldora. “En el caso del anillo, la liberación de hormona es constante, pareja y sin variaciones, entonces hay menos riesgos que deje de inhibir la ovulación, además tiene menos efectos secundarios en las mujeres que son más susceptibles a los cambios hormonales observados con la administración diaria de la píldora”.
“La experiencia está dada por la evidencia, es decir hay estudios que señalan que la mujer debe estar asesorada en métodos de anticoncepción de larga duración y que después de un tiempo en el uso de píldora o parche, hay un porcentaje importante que se cambian al anillo como resultado de una buena consejería y orientación del médico o matrona hacia la paciente”, concluye el experto.
