713,8 hectáreas de alto valor ecológico, ambiental, paisajístico y de investigación conforman el Cerro Santa Inés, un área protegida que divide su riqueza y ubicación geográfica entre las comunas de Los Vilos -Pichidangui- y La Ligua, en las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
En reconocimiento a su trascendencia, el 4 de junio de 2020 fue declarado Santuario de la Naturaleza por el Ministerio del Medio Ambiente, como resultado de las gestiones y estudios realizados por Minera Los Pelambres, actual administrador de la zona, y como parte de sus compromisos ambientales que también consideran la protección de otros 6 ecosistemas mediterráneos.
La declaración como Santuario de la Naturaleza supuso una serie de nuevos desafíos para la puesta en valor y protección de, por ejemplo, su bosque relicto de olivilllo – Aextoxicon Punctatum- enraizado en su cumbre y laderas, de alta riqueza específica de la Selva Valdiviana y en torno al cual cohabitan un gran número de especies nativas y endémicas en un territorio semidesértico, donde la presencia de la niebla costera actúa como guardián de cualquier impacto provocado por la profunda sequía.
“Es un bosque propio de sectores más al sur y su importancia está en que existe únicamente en esta zona por la presencia de neblina que genera la humedad suficiente para este tipo de bosque. Nuestro objetivo como Minera Los Pelambres es agregar valor y resguardar este Santuario de la Naturaleza”, afirma Marcela Poulain, jefa de gestión de Riesgos Regulatorios de Minera Los Pelambres.
En cuanto al trabajo y compromiso que Minera Los Pelambres viene implementando desde el año 2014, cuando asumió el desafío para su conservación, el Plan de Manejo considera investigación científica, conservación de germoplasma, protección de recursos forestales, educación ambiental, administración y mantención, seguimiento y evaluación, este último materializado principalmente a través de una brigada que continuamente monitorea y salvaguarda el lugar.
A ello se suma la construcción de un Centro de Visitantes, que inició sus “obras de movilización” en febrero de este año. Este proyecto, que permitirá la presencia de un lugar para generar educación ambiental, incluye también 400 metros de pasarela, 2 miradores de madera, oficina de administración, caballerizas, área de juegos y estacionamiento para recibir a los visitantes y turistas.
“Lo que nosotros estamos haciendo hoy en este lugar, que es muy reconocido por la comunidad local, es habilitarlo de una forma que la gente pueda seguir viniendo, pero sin afectar su conservación. Por eso vamos a hacer pasarelas y miradores, además de reforzar las condiciones para proteger este lugar y eso considera, por ejemplo, tanto obras para evitar incendios como para generar educación, esto último a través de un Centro de Visitantes”, agregó Marcela Poulain.
Entre las particularidades del Centro de Visitantes, que finalizará su construcción a inicios de 2024, cabe destacar su diseño, obra del reconocido y premiado arquitecto nacional Teodoro Fernández, bajo la premisa del “ahorro energético”. Junto con ello, el diseño sumó el reconocimiento de Certificación Edificio Sustentable (CES), organismo que promueve las mejores prácticas en edificación con una mirada de bajo consumo energético y puesta en valor de la flora, vegetación y fauna del entorno.
En su conjunto el proyecto permitirá, además, atender la incipiente generación de micro basurales y la continua presencia de animales foráneos, para que más de doscientas especies con una alta proporción de endemismo, en muchos casos fuertemente vulnerables, sigan siendo parte de un paisaje que fue visitado recientemente por representantes de medios de comunicación de la Región de Coquimbo y de la Provincia de Choapa en el contexto del Día Mundial de la Tierra, como una forma de recuperar y fomentar la armonía con la naturaleza.